Manos a la obra, lo desarme, lo lavé y mientras se secaba, las ideas iban surgiendo.
De a poco fue tomando forma, color y muy buena energía para condimentar ricas comidas hechas con amor.
A las tapitas, para que se vean más elegantes, las vestí con sombreritos hechos en casa con un poco de tela que tenía guardada.
Y así quedó terminado...
Misión cumplida!!!!!
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